¿Cuándo consiguen los niños el control de esfínteres y cómo puedo ayudarles?  

Índice

Unos de los hitos importante que se adquieren en la infancia es el control de esfínteres, siendo el proceso de maduración y aprendizaje, no solo del control de la micción y defecación, sino también de todos los hábitos higiénicos relacionados.  

Consiste en el vaciado de la vejiga y los intestinos siendo un hábito básico en la autonomía del niño y en su calidad de vida.  Es por todo esto por lo que el manejo intestinal es un componente fundamental de la práctica de la terapia ocupacional. El marco de trabajo de la terapia ocupacional engloba el control de esfínteres dentro de las áreas de ocupación y a su vez dentro de las actividades de la vida diaria.  

Su madurez y adquisición depende de la madurez del infante, aunque se suele efectuar alrededor de los dos o tres años, siendo más tardío el control nocturno, aunque un pequeño porcentaje no lo consigue hasta los 5 o 6 años.  Es un aprendizaje que requiere tiempo, dedicación y paciencia por parte de los principales cuidadores.  

La secuencia de adquisición del control voluntario del esfínter comienza con el control intestinal durante el sueño, después durante el día y posteriormente el control diurno de la orina y por último el nocturno de esta. Son muchos niños los que adquieren ambos controles simultáneamente aunque está influido por factores como la educación, el entorno familiar, variaciones interculturales… 

¿Cómo sé que mi hijo está preparado para retirar el pañal? 

Existen diferentes signos o señales que nos indican que el niño o la niña pueden estar preparados para comenzar a retirar el pañal y hacer uso del inodoro: 

  • Permanece seco durante más de 2 horas 
  • Reconoce que su vejiga o recto están llenos, incluso es capaz de retener unos instantes 
  • Muestra interés por el inodoro o el orinal, sabe para qué sirven y tiene interés por usarlos 
  • Reconoce o demanda cuando tiene el pañal manchado y necesita que se lo cambien 
  • Camina y es capaz de sentarse por sí mismo en el orinal 
  • Es capaz de obedecer órdenes sencillas 

Los niños que fisiológicamente están preparados para controlar los esfínteres tardan entre 3 y 12 meses en conseguirlo independientemente, aunque es normal que pasado este tiempo sigan necesitando el apoyo o supervisión del adulto o tengan escapes o accidentes puntuales.  

¿Qué puedo ir haciendo para ayudarle? 

Es importante saber que cada niño necesita su tiempo y su momento, respetar su ritmo de desarrollo. Exigir que controlen y hagan uso del inodoro u orinal antes del tiempo cuando no están preparados fisiológicamente puede influir negativamente en la adquisición y provocar un rechazo o problemas de incontinencia urinaria, fecal o retención de heces.  

El entrenamiento en el control de esfínteres lo pueden realizar sólo los cuidadores principales o se puede contar con la ayuda de un equipo profesional (pediatra, gastroenterólogo y terapeuta ocupacional) siempre que sea necesario.  

Algunos consejos que se pueden ir aplicar son: 

  • Invitarle a ir al baño, que conozca el entorno, el inodoro y el orinal incluso que pruebe a sentarse en él a modo de juego. 
  • Adaptar el acceso al inodoro o la utilización de un orinal, para que el niño pueda acercarse y sentarse en él sin depender del adulto. 
  • Dejar que se siente vestido y cuando se vaya acostumbrando ir retirando la ropa y por último el pañal, para que el acercamiento sea progresivo. 
  • Invitarle a que acompañe a sus hermanos o familiares al baño, que reconozca y vea el proceso y pueda utilizarlo como modelo. 
  • Cuando reconozca que tiene el pañal sucio se le puede invitar a que cuando se le cambie lo deje en el orinal, ya que ese es el lugar donde está el pis y la caca. 
  • Si observamos signos fisiológicos que indiquen que el niño tiene ganas de miccionar o defecar podemos decírselo, poniendo palabras a eso que empieza a sentir en su cuerpo.  
  • Leer cuentos sobre el uso del inodoro y la retirada de pañal para que se familiarice el proceso.  

Para la adquisición del control de esfínteres es importante tener una rutina clara del uso del inodoro u orinal, dentro de un contexto positivo, evitando reñir al niño si sufre algún escape y alagando cuando lo realiza correctamente.   Es necesario saber que aunque se haya iniciado el entrenamiento en el control de esfínteres y el infante comience a utilizar el orinal, seguramente seguirá necesitando usar el pañal.  

¿Por qué mi hijo rechaza o no quiere usar el retrete? 

Hay algunos niños que necesitan más tiempo para comenzar el control de esfínteres o que incluso siendo más mayores rechazan el eso del retrete. Según la bibliografía algunos de los motivos podrían ser: 

  • Pobre percepción: no sienten la necesidad de evacuar o solo la percibe en el último momento antes de que se produzca el escape o incluso puede no darse cuenta de que está manchado o ha sucedido.  
  • Hipersensibilidad táctil: rechaza el contacto directo de su piel con el orinal o retrete, experimenta sensaciones muy desagradables en el momento de evacuar y por ello lo rechaza o retiene.  
  • Base fisiológica: hay un motivo médico que hace que la evacuación sea un proceso costoso y doloroso, motivo por el cual rechaza o retiene.  
  • Miedo o fobia: se pueden sentir inseguros porque piensan que se pueden caer dentro, les parece demasiado grande, o muy ruidoso cuando se tira de la cadena. 

¿Cómo se abordan los problemas de control de esfínteres desde terapia ocupacional? 

El control de esfínteres está enmarcado dentro del autocuidado, siendo una actividad de la vida diaria y por ello una de las áreas a trabajar desde terapia ocupacional. 

Cuando acude al centro un niño con problemas de control de esfínteres o rechazo al uso del inodoro, primero tendremos una entrevista con la familia para conocer cómo ha sido el desarrollo del niño, cuáles son las preocupaciones, si ha habido alguna experiencia negativa y obtener información del área médica respecto a este tema.  

Los terapeutas ocupacionales analizamos la actividad para conocer cuál podría ser el componente del desempeño ocupacional que estuviese afectando a la participación del niño en cuanto al uso del retrete y conocer si podría ser una necesidad sensorial, si sería necesario una adaptación del entorno o incluso si podría estar también relacionado con dificultades en el proceso de alimentación.  

Es importante destacar que cada intervención se adapta al perfil de cada niño y que es necesario realizar un trabajo en equipo con el resto de los profesionales para obtener mayor éxito en el proceso.  La planificación de la intervención, el acuerdo de objetivos y la implicación de la familia en el proceso será un factor positivo en el tratamiento.  

María Nieto Tienda 

Terapeuta Ocupacional 

Unidad de atención integral a la infancia y adolescencia 

Bibliografía 

  • Asociación Estadounidense de Terapia Ocupacional. (2014). Marco de práctica de la terapia ocupacional: dominio y proceso (3ª ed.). Revista estadounidense de terapia ocupacional, 68 (Supl. 1), S1 – S48.   
  • Bezos Saldaña L, Escribano Ceruelo E. ¿Qué esconden los problemas del control de esfínteres?: A propósito de un caso [Internet]. 2021 [cited 15 January 2021].   
  • AUTISMO C. CONTROL DE ESFINTERES: PROCESO NORMAL Y EN SITUACIONES ESPECIALES COMO EL AUTISMO – Neuropediatría y TDAH [Internet]. Neuropediatriaytdah.com. 2021 [cited 15 January 2021].   
  • Beaudry-Bellefeuille I, Booth D. Defecation-Specific Behavior in Children with Functional Defecation Issues: A Systematic Review. 2017.  

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