Una Metatarsalgia es toda alteración que cursa con dolor en la región dorsal y/o plantar de los metatarsianos llegando a producir impotencia funcional para caminar o mantenerse de pie.
Supone un alto porcentaje de los pacientes que acuden a una consulta de podología, siendo más frecuente en pacientes de edad avanzada y en deportistas de impacto, aunque puede aparecer en cualquier etapa de la vida.
Los metatarsianos, junto con el talón, son los puntos de apoyo del pie con el suelo y juegan un papel fundamental en la estabilidad del pie y el conjunto del cuerpo. En condiciones normales iniciamos el ciclo de la marcha con el contacto del talón y lo terminamos con el despegue de los dedos, de modo que los metatarsianos soportan todo el peso del cuerpo en cada paso de los múltiples que damos al día. Es por ello que se trata de una región del cuerpo que está sometida a una gran cantidad de carga en relación al pequeño tamaño de su estructura.
La región metatarsal está compuesta por una amplia variedad de estructuras como son los huesos (metatarsianos y falanges), cápsulas articulares, ligamentos, tendones, bolsas serosas, pequeñas terminaciones de vasos sanguíneos y nervios, grasa plantar y piel. Cada una de estas estructuras puede lesionarse o producir clínica dolorosa, de modo que la etiología y el tratamiento de la metatarsalgia dependerá de la estructura o estructuras lesionadas.
Las metatarsalgias presentan etiologías múltiples y pueden producirse por una sola causa o por la combinación de varias causas a la vez, aunque la mayoría de las metatarsalgias presentan un componente de dolor por compresión mecánica sumado en mayor o menor grado de un componente de dolor neuropático.
Las causas de metatarsalgias más frecuentes son:
- Sobrecarga mecánica.
- Actividad deportiva.
- Deformidades osteoarticulares.
- Alteraciones y compresiones neurológicas.
- Alteraciones sistémicas – metabólicas.
- Enfermedades Reumáticas.
- Falta de flexibilidad de la musculatura posterior de la pierna.
- Calzado inadecuado.
Para realizar un tratamiento óptimo de una metatarsalgia es esencial realizar un correcto diagnóstico diferencial e identificar que estructura o estructuras están afectadas.
Los tratamientos varían en función del grado de lesión y de la estructura afectada, siendo importante realizar una planificación del tratamiento, empezando por el más conservador hasta el más invasivo.
Los tratamientos conservadores están indicados para los casos más leves y sobretodo para los grados iniciales de las metatarsalgias de origen mecánico. Estos pueden ser:
- Ortesis plantares (plantillas a medida).
- Cambio de calzado.
- Hielo local.
- Estiramientos.
- Terapia Manual.
- Infiltraciones locales.
En aquellos casos en los que el tratamiento conservador ha fracasado o que la estructura implicada necesita de un tratamiento mayor, debemos realizar un tratamiento más invasivo con el objetivo de ofrecer una precisión mayor en nuestro tratamiento. Los tratamientos invasivos más frecuentes son:
- Infiltraciones locales.
- Electrolisis.
- Neurolisis.
- Farmacología específica.
- Cirugía descompresiva.
- Cirugía osteoarticular.
- Alargamiento de musculatura posterior de la pierna.
Daniel Marugán Rubio
Podólogo en el Clínica De Rehabilitación Funcional La Salle