Entrenamiento de la lateralidad
El objetivo por excelencia del cerebro es crear representaciones o experiencias de distinto tipo. En el ámbito de la neurociencia, una terminología bastante actual que se utiliza para referirse a estas representaciones son las “neurofirmas”. La neurofirma es un conjunto de neuronas o red neuronal, dentro de nuestro sistema nervioso central que, al activarse, genera una respuesta o representación de algo. Un ejemplo de neurofirma podría ser el olor de un alimento o, por ejemplo, el dolor de cuello. Para que cualquier red neural o neurofirma se active correctamente deben darse dos condiciones necesarias. En primer lugar, todas las neuronas que forman parte de dicha red deben de activarse. En segundo lugar, las neuronas de alrededor que no forman parte de esta red no tiene que activarse, sino que deben permanecer inhibidas.
Dentro del ámbito de la rehabilitación en fisioterapia, el dolor, entendido como neurofirma, constituye un síntoma muy prevalente en los pacientes. La investigación científica ha observado que cuando la neurofirma del dolor permanece activa en el tiempo, esta se sensibiliza y, además, se desinhiben las neuronas cercanas que no forman parte de dicha red neural. La primera consecuencia significa que las neuronas-miembro de la neurofirma del dolor se activan más fácilmente frente, por ejemplo, a estímulos no nocivos. La segunda consecuencia se traduce en que el dolor se vuelve más impreciso, más difícil de definir o de localizar, o bien se expande ocupando buena parte del cuerpo. Además, la activación prolongada en el tiempo de la neurofirma del dolor se ha comprobado que produce también cambios neuroplásticos en otras neurofirmas relevantes para la experiencia dolorosa, por ejemplo la neurofirma del tacto o la neurofirma del movimiento.
Una forma de intentar revertir estos procesos de neuroplasticidad desadaptativa a nivel estructural y funcional, es mediante el entrenamiento de la lateralidad. Esta terapia trata de influir sobre la neurofirma del dolor, pero sin llegar a activarla (por ejemplo, activando neuronas premotoras), es decir, trata de evitar que aparezca la experiencia dolorosa. La lateralidad forma parte del abordaje terapéutico conocido como imaginería motora graduada, que consta de tres técnicas que incluyen el trabajo de la lateralidad (o trabajo de la discriminación derecha/izquierda), la imaginería motora explícita y la terapia de espejo.
En concreto, la lateralidad es una terapia que sirve para entrenar a nuestro cerebro para que identifique de manera acertada a qué lado de nuestro cuerpo pertenece una imagen o fotografía observada que represente una región de nuestro cuerpo. Este proceso puede dividirse en tres fases. En primer ,lugar la observación de la imagen seguida de una primera toma de decisiones casi inmediata, sin pensar: “¿derecha o izquierda?”. En segundo lugar, nuestro cerebro mueve mentalmente la parte de nuestro cuerpo observada en la imagen para ver si coincide. En tercer lugar, nuestro cerebro confirma o desmiente la primera toma de decisiones que hizo durante la primera fase. Tanto en la primera fase como en la segunda fase, se producen activaciones de neuronas relacionadas estrechamente con la neurofirma del movimiento (que, a su vez, se relacionaban con la experiencia dolorosa). Estas neuronas son las neuronas espejo y ciertas neuronas que participan de la planificación del movimiento (y no de su ejecución).
La forma de entrenar la lateralidad consiste en identificar con la mayor rapidez posible (“sin pensar”) imágenes correspondientes a la región corporal dolorosa y determinar si pertenecen al lado derecho o al lado izquierdo. Puede trabajarse con fotografías, revistas (rodeando e identificando la lateralidad de la región corporal diana, por ejemplo manos derechas o izquierdas). Asimismo, existen aplicaciones gratuitas o de pago para móviles o tablets que ofrecen gráficos de los resultados obtenidos, por ejemplo la aplicación “Orientate” o la aplicación “Recognize”. Las variables clínicas que se utilizan para hacer un seguimiento de la esta terapia son la velocidad del tiempo de respuesta (de manera general se estima como normalidad por debajo de los 2.5 segundos), la diferencia entre los tiempos de respuesta al identificar imágenes de lado derecho e izquierdo (de forma general, tiempos inferiores a 0.3 segundos) y el porcentaje de precisión (normalmente se considera dentro de la normalidad porcentajes superiores al 89% de aciertos).