Movilización neural

La movilización neurodinámica surge de la fisioterapia manual ortopédica y ha ido introduciéndose progresivamente en el ámbito de la fisioterapia neurológica. Esto es así porque en el paciente neurológico no sólo nos encontramos las alteraciones propias de la lesión, también encontramos alteraciones estructurales que hay que tener en cuenta.

Consiste en una serie de técnicas de tratamiento cuya característica principal es la integración de la movilización del tejido nervioso. De este modo, se emplea en el tratamiento de patologías de origen central la movilización del sistema nervioso periférico, al ser considerado como un tejido continuo desde el punto de vista mecánico, eléctrico y químico.

En los últimos años, se han desarrollado métodos de evaluación para valorar el efecto de los mecanorreceptores, así como sus conexiones con el Sistema Nervioso Central, que son las denominadas pruebas de tensión neural. Existen diferentes pruebas para evaluar la tensión del nervio en función de cuál sea este, todas centrándose en la movilidad del nervio (para sensibilizar de forma aislada el tejido neural) en relación a los tejidos adyacentes y así poder determinar posibles alteraciones fisiológicas.

Existen diferentes estudios clínicos que respaldan el uso de esta técnica. Los principios básicos del tratamiento mediante movilización neural son tres: educación a los pacientes sobre la neurodinamia, alteraciones de los tejidos no neurales y la propia movilización del tejido neural (técnicas de deslizamiento y técnicas de tensión según las necesidades individuales, así como aplicación de las mismas en movimientos asociados a las Actividades de la Vida Diaria, ya que el sistema nervioso se moviliza con todos los movimientos que genere el propio cuerpo). 

En un paciente neurológico, la idea es integrar la movilización del tejido neural que pueda verse implicado en la dificultad para la ejecución de una función concreta, sin dejar de considerar el resto de elementos que influyen en la problemática para el desempeño de una actividad, y favorecer los procesos de aprendizaje motor.

Durante el tratamiento basado en este concepto se trabaja movilizando el sistema nervioso, aumentando o disminuyendo la tensión neural en función del movimiento que plantee el paciente para buscar mejora y disminuir la limitación en las actividades específicas de la vida diaria. Para ello, se busca una actividad funcional en la que el paciente encuentre una limitación y que quiera mejorar, y se adaptará para que pueda alcanzarla con la adecuada movilización neural.

Mediante esta técnica de tratamiento, se pueden abordar las diferentes alteraciones de pacientes con daño neurológico, teniendo en cuenta la capacidad del nervio para moverse y adaptarse a las diferentes situaciones cotidianas.

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