Toxina botulínica y neurorrehabilitación

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Toxina botulínica y neurorrehabilitación

Las alteraciones del tono muscular tienen una alta prevalencia en las lesiones del sistema nervioso central, siendo uno de los abordajes principales la infiltración con toxina botulínica. El objetivo de este post es informar de la aplicabilidad e indicaciones de dicha toxina desde un enfoque neurorrehabilitador.

Alteraciones del tono muscular

Las alteraciones del tono muscular y en consecuencia del movimiento, constituyen uno de los síntomas y signos más habituales en las lesiones del sistema nervioso central (cerebro y medula espinal), ya sea de manera congénita o adquiridas a lo largo de la vida.

Se estima que el aumento del tono se encuentra entre un 20-30% después de un ictus, en 13-20% después de un traumatismo craneoencefálico moderado y grave, en un 60-78% de las lesiones medulares, en un 84% de las personas diagnosticadas con esclerosis múltiple y en un 70-80% de la parálisis cerebral infantil.

Se estima que en España unas 300.000 – 400.000 personas presentan un aumento patológico del tono muscular, lo que implica un 1% de la población.

Las alteraciones del tono y la coordinación del movimiento se pueden clasificar en:

  • Alteraciones hipercinéticas:
    • Distonía
    • Atetosis
    • Balismo
    • Tics
    • Mioclonía
    • Temblor
  • Alteraciones hipocinéticas:
    • Parkinsonismo
    • Rigidez
    • Espasticidad
  • Ataxia

La espasticidad es la alteración del tono más común, definiéndose como un incremento del tono muscular dependiente de la velocidad. Por otro lado, encontramos en menor medida la distonía, que se define como un trastorno caracterizado por contracciones involuntarias, sostenidas o intermitentes que se desencadenan por intentos de movimiento o por cambios en el estado emocional.

La toxina botulínica

La toxina botulínica actúa bloqueando la liberación de acetilcolina en la unión neuromuscular y produce, por tanto, una denervación química transitoria del músculo, reduciendo la distonía y la espasticidad. También inhibe la liberación periférica de neurotransmisores nociceptivos por lo que puede llegar a desempeñar un papel analgésico

Los efectos comienzan de 1 a 7 días posteriores a la inyección llegando a su pico máximo de efectividad al mes y durando su efecto de 3-5 meses. El grado y duración de los efectos obtenidos dependen de la dosis puesta, de la capacidad metabólica del propio paciente y de los músculos a tratar, por lo que el tratamiento siempre deberá ser individualizado.

Como todas las intervenciones invasivas presenta ciertas ventajas y desventajas.

Como ventajas podemos encontrar su reversibilidad, la rapidez de su acción y de su administración.

Dentro de las desventajas encontramos un elevado coste, la dificultad que presenta realizar una administración correcta, siendo lo ideal realizarlo de manera ecoguiada con un ecógrafo para infiltrar lo más próximamente a la placa motora, y la capacidad que presenta el cuerpo para desarrollar anticuerpos ante la toxina, lo que nos disminuiría la eficacia a largo plazo.

No presenta grandes efectos secundarios, se ha visto que en un 10-11% de personas aparece debilidad o cansancio general de pocos días de duración y en un 1-2% esa debilidad o cansancio perdura en el tiempo. También puede producirse que, debido a una muy alta dosis recomendada para ese paciente, se produzca una flacidez muscular en algunos casos no reversible.

Toxina botulínica en neurorrehabilitación

En este post nos queremos enfocar en el tratamiento con toxina botulínica y neurorrehabilitador del paciente adulto pero en el siguiente post puedes obtener información en el tratamiento de fisioterapia tras infiltración de toxina botulínica en niños con parálisis cerebral (PCI):

El objetivo final del tratamiento con toxina botulínica es aumentar la independencia y movilidad, lo que nos llevara a una mejora de la calidad de vida. De manera determinada, los objetivos han de ser específicos, medibles, alcanzables, realistas y calculados en el tiempo, tienen que individualizarse y definirse bien a priori.

Para conseguir una mayor eficacia mediante la infiltración con toxina botulínica es beneficioso que esta sea complementada con un tratamiento físico intensivo e individualizado.

Cabe destacar que el efecto directo de la toxina es disminuir la espasticidad, eso nos ofrece la posibilidad de tener una “ventana terapéutica” en donde es recomendable trabajar la fuerza, el control postural y el posicionamiento desde un objetivo funcional.

En la Unidad de Rehabilitación Neurológica del Clínica de Rehabilitación Funcional La Salle realizamos tratamiento con toxina botulínica y contamos con un equipo de profesionales cualificados y experimentados en el abordaje de la espasticidad en pacientes adultos con patología neurológica. Si quieres conocernos y tener más información de cómo podemos ayudarte no dudes en ponerte en contacto con nosotros al correo recepcion@irflasalle.es, llamando al 917400826, o a través del formulario de esta página.

Elena García Romojaro.

Fisioterapeuta de la Unidad de Rehabilitación Neurológica

Bibliografía

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